《 Un desconocido misterioso y el descubrimiento
de una habilidad impresionante.》
Él nos miraba por debajo de su capucha, su expresión
era fría e incluso me causo un fuerte escalofrío, Juri y yo intercambiamos
miradas. Me acerqué a él lo más rápido que pude, dejando a Juri unos pasos
atrás, al llegar frente a él, lo mire con algo de curiosidad, señalando su
camioneta.
— Tú… ¿Estuviste aquí anoche?
Le pregunté
al chico esperando una respuesta, pero solo me miró en silencio, para luego
caminar hasta la puerta de su camioneta, pero antes de entrar volvió a
repararme de la cabeza a los pies, como intentado ver algo más en mi.
— Solo por curiosidad… ¿Tú estuviste aquí hace unas horas?
Tenía que
preguntar, digo… ¿Quién iba a regresar a esa carretera solo por curiosidad? Era
de las más solitarias cerca del parque.
— ¿Qué te sucedió? Tienes algunos rasguños en tu rostro.
Él por fin
había dicho algo y eso despertó aún más
la curiosidad en mí.
— Tuve un
accidente— Mentí.
El se acercó lo
suficiente a mí logrando ponerme muy nerviosa al hacerlo, me tomó con fuerza de
uno de mis brazos, intente zafarme pero él me sostuvo con mucha más fuerza.
— ¡Tú! — Me miró abriendo desmesuradamente sus ojos — Tú eras lo que se atravesó frente al auto anoche. ¿Te
atacó esa cosa?
Por un momento no
sabía que responder, creo que enmudecí frente a él, entonces si estaba ahí, fue
su auto lo que terminó matando a la cosa o al menos eso creía yo. Las palabras
no me salían, intenté hablar pero me fue imposible y por alguna maldita razón
sentía que mi cuerpo picaba demasiado, mi piel sentía que se irritaba.
— ¿Viste lo que
sucedió?
Fue entonces cuando
Juri preguntó, mirando al chico, de casi la misma estatura de él. Este pasó a
observarlo de inmediato y negó al escuchar la pregunta, mirándome nuevamente a mí.
— Solo se
atravesó algo en mi camino… ¿Fuiste atacada por algo?— Me reparaba con la mirada,
como si quisiera sacarme la verdad por medio de la misma o como si intentara
leer mis pensamientos.
— ¿Qué era eso?
¿Lo mataste? Eso no parecía ser un jodido perro, esa cosa casi termina
matándome anoche — Dije algo
exaltada en ese momento.
Juri seguía de pie al
lado mío y ambos frente al chico, que por cierto no soltaba mi brazo y lo
sujetaba con gran fuerza ¿Pretendía arrancarlo o qué? Entonces hizo una seña
con su cabeza para que subiéramos a la camioneta, iba a hacerlo ¿Qué podía ser
peor en ese momento después de lo de anoche? Pero antes de hacerlo, Juri me
detuvo, jalándome a un lado para decirme algo y seguramente ya sabría lo que
diría.
— ¿En serio?
¿Vas ir con alguien que no conoces?
Miró al chico y sonrió
fingiendo algo de amabilidad, seguro él había escuchado aquello.
— Sí ¿Por qué
no? Puede que él sepa algo y yo quiero saber que era esa cosa que se me
abalanzo encima anoche.
¡Sí! Tenía razón, era
un desconocido, inspiraba desconfianza, pero algo me decía que él sabía o tenía
el conocimiento de algo. Al final pude convencer a Juri y ambos entramos en la
camioneta de aquel chico misterioso que parecía conocer lo que estaba pasando,
me estaba rascando ahora todo el cuerpo, brazos, cuello, piernas y hasta mi
rostro, era desesperante, mi piel picaba y ardía a la vez. Esto llamó la atención
de ambos.
— ¿Estás bien?
Preguntó Juri al verme
rascando toda mi piel, no respondí, solo negué ¡Pero qué maldita picazón tenía
ahora! Encima sentía que estaba sudando ¿Sudar? Ellos estaban abrigados por el
frío que hacía, pero yo no lo sentía, tenía ganas de desprenderme de la
gabardina de Juri y quedarme solo con la horrible bata que llevaba debajo, pero
no lo hice.
— Escucha, la
cosa esa que te atacó, no está muerta, sigue viva y lo más probable es que
venga por ti después.
— ¡¿Eh?! — Dijo Juri.
— ¿Qué rayos dices? Lo vi tirado a un lado, parecía muerto…
— Llevo unos meses buscando esa maldita cosa y no es fácil acabar con él.
El auto seguía en marcha, él no dijo nada más hasta que por fin llegamos
a una pequeña casa, alejada de todos, Juri y yo bajamos cuando este
detuvo su camioneta. Nos hizo pasar a la casa, por ratos notaba a Juri algo
distraído pero no pregunté el porqué. Cuando entramos nos sentamos en un gran
sofá en medio de la sala, él hizo lo mismo, pero antes había tomado una foto,
la cual nos mostró a ambos, en ella estaba él y otro chico, un poco más alto y
mayor que él.
— Él era mi hermano, hace unos cinco meses, mientras
regresaba a casa, fue atacado por algo, al principio no supo que había sido,
empezó a tener algunos síntomas extraños, fue con algunos médicos pero no
sirvió de nada, las heridas que tenía sanaron antes de tres días, completamente
cerradas ¿Te mordió a ti?
Miré a Juri y él a mí, asentí ya que en la mañana las
heridas que tenía estaban empezando a sanar pese a los puntos que habían hecho
en ellas.
— ¿Dijiste que las heridas sanaban antes de tiempo?
–Extendí mi brazo remangando la gabardina que tenía, pero esta no logró subir,
así que opté por quitármela y dejarme ver en aquella bata de hospital, Los
puntos estaban apretados y la herida que estaba saturada se veía cerrando de
una manera impresionante.
— ¿En qué otro sitio te mordió?
Le señale mi costado derecho, seguía rascando mi piel
y sudando como si estuviera en un sauna.
— Ese animal, si es que puedo llamarlo así, es un
licántropo, no fui yo quien lo atropelló, pero estuve cerca, el auto que lo
embistió se dio a la fuga, tal vez se asustó quien conducía, puedo asegurar que
es el mismo que atacó a mi hermano aquella vez, ahora está en celo y tú fuiste
su víctima.
— No entiendo nada ¿En qué me afecta su ataque?
— Tú has dejado de ser humana, una vez esa bestia te
muerde, te infecta, es como si te mordiera un perro con rabia, tu sangre ya
está infectada de la misma y tendrás consecuencias debido a eso.
— ¿Dónde está tu hermano ahora?
Fue la pregunta hecha por Juri, noté cierta malicia en
su pregunta, pero le ignoré.
— Él murió y ella puede llegar a tener el mismo
destino.
— No quiero morir, ¿Qué se supone que me sucederá
ahora?
Estaba aterrada con lo que está escuchando y más aún,
me aterraba el hecho de que era lo que estaba por suceder conmigo.
— Vas a empezar a mostrar muchos cambios físicos y
emocionales, cuando esto le pasó a mi hermano mayor, su cuerpo empezó a
cambiar, empezó a convertirse en uno de ellos. La única solución a eso, fue
acabar con él. Su instinto salvaje empezó a mostrarse en su comportamiento,
cuando te conviertes en uno…Solo piensas en una sola cosa y es matar, porqué
querrás probar la sangre y una vez lo hagas, estás perdido. Hay un método para
detenerlo, pero no es definitivo, eh buscado miles de formas para que esto
funcione, pero aun no lo encuentro. La transformación, una vez empieza, no hay
marcha atrás y tu sed de sangre te llevará a cometer las peores cosas que hayas
podido imaginar.
Contaba esto con una frialdad increíble, realmente me
quedé helada ahora, hasta el calor que despedía mi cuerpo había cesado, tomó su
computadora portátil y en ella parecía buscar información. ¿En serio estaba
sucediendo todo esto? Me sentía muy contrariada y Juri igual, creo que mi
cabeza empezaba a doler y con ello mi espalda también, más bien mi columna,
sentía un fuerte dolor ahí. ¿Me iba a transformar en esa cosa? Sentía miedo
ahora, quería salir de ahí, correr a mi casa y encerrarme en mi habitación sin
que nadie estuviera conmigo.
— Mencionaste un antídoto ¿De qué trata? —Preguntó
Juri.
— Es una planta, una flor, se conoce como “matalobos”
lo supe después de que mi hermano pasara por todo esto, pero realmente no tengo
idea de cómo prepáralo.
— De acuerdo… yo solo quiero irme a casa ahora, darme
un baño y dormirme unas largas horas… esto no puede ser real, debe ser una
maldita pesadilla y voy a despertar en unas horas.
Reí con nerviosismo, levantándome del sofá,
colocándome la gabardina de vuelta y dirigiéndome a la puerta para salir de
ahí. Escuche cuando Juri me llamó por mi nombre para que me detuviera, pero
estaba alterada ahora y solo quería largarme a casa.
— ¿Podemos seguir hablando de esto más tarde?
Le preguntó Juri, no sé qué le respondió porque yo ya
había puesto un pie fuera de la casa y estaba por largarme, al salir el susto fue
enorme, caí al suelo de inmediato, esa cosa estaba ahí y corrió hacía mi, solo
pude gritar, pero ya lo tenía encima, mi grito les alarmo a ellos que al asomar
por la puerta se asustaron al verlo, realmente era enorme y espeluznante.
Intenté volver a entrar, pero la bestia se colocó encima de mí, su aliento lo
sentía golpear mi rostro ahora, sino morí anoche, seguro lo haría ahora y en
los dientes de ese animal enorme. Entre la confusión escuché como ambos
gritaron para que alejara la atención de mi, la bestia no se inmutó a verlos,
solo me gruñía con rigor, no sé qué sucedió luego, solo pensé en golpearlo con
algo, pero no había nada cerca para hacerlo, le di una patada como pude, esto
lo hizo enojar aun más, intentando levantarme y casi teniéndolo encima mío,
solo pensé en que este saliera volando lejos de mi y así fue… se fue a
estrellar con gran fuerza contra un árbol, al hacerlo chilló un poco y quedó
ahí tendido, lo próximo que escuche fue un fuerte disparo…
《 Ya inicio, ya no se detendrá y mucha sangre se derramará… 》
Ahora me
veía a mí, mis ropas estaban rasgadas y yo estaba muy golpeada, intentaba
correr pero no podía, no encontraba la forma de escapar ¿Qué era todo esto?
Pensaba… Hace un rato podía asegurar que no estaba aquí, ahora… Ahora estaba en
medio de un bosque, casi oscurecía y yo parecía huir de algo, no entendía nada,
hasta que volví a ver aquella bestia enorme que salía tras de unos árboles, fue
entonces que me di cuenta que realmente no era el mismo que me había atacado,
se veía muy diferente, ser acercaba a mí y por alguna razón no podía siquiera
moverme. En un abrir y cerrar de ojos estaba frente a mí, inmóvil, solo me
observaba, sus ojos eran tan fríos que me daba miedo, pero en ellos había algo
más, como si quisiera decirme algo, de pronto ya estaba ahí, ahora parecía ser
otra escena y yo estaba dentro de una habitación llenas de espejos y estaba
completamente desnuda, sólo mi largo cabello cubría mis pechos.
Empecé
desplazarme por la misma mientras escuchaba gruñidos que parecían ser del
animal ese que me atacó, mientras más caminaba, más podía ver mi reflejo en los
espejos, pude asegurar haber visto a Juri y a ese otro chico e intente correr
hacia ellos pese a mi desnudez, pero… no estaban, al detenerme frente a un gran
espejo pude ver como mi cuerpo de veía tan diferente de lo que era, como mis
manos ahora parecían garras, mi cabello se tornaba gris y mis ojos del mismo
color ¿Qué estaba pasando ahora? No lograba entender nada y mi miedo crecía,
bajé la mirada por unos minutos y al volver a mirar mi reflejo lo que me
encontré fue la misma bestia que había tenido enfrente hacía un rato ¿Era yo
acaso? Me iba a convertir en esa cosa y al parecer no había vuelta atrás, el
espejo empezó a mancharse de sangre, escuché como si este se quebrara frente a
mí y veía como los pedazos saltaban incrustándose en todo mi cuerpo, fue cuando
desperté.
Me senté en
la cama donde ahora me encontraba, no llevaba la gabardina y podía escuchar
afuera de aquella habitación, las voces de Juri y el chico que acabábamos de
conocer, no lograba escuchar con claridad, por alguna extraña razón me sentía
desnuda y sucia, quería cambiar de ropa ahora ¿Cuántas horas habían
transcurrido desde entonces? Había un espejo a un lado, caminé hacia él, al
verme me quedé casi en shock ¿Esa que se veía reflejada era yo? Estaba
terriblemente pálida y ojerosa, mi cabello lucia tan mal y mi piel estaba llena
de pequeños rasguños.
— ¡Demonios!
Dije al
verme así en tal estado, descubrí lentamente mi hombro, tenía unas marcas en el
mismo y luego pasé a mirar las heridas, la de mi costado, levanté lentamente la
bata para poder echar un vistazo, los puntos saturados en ella estaban tan
apretados ahora, pero lo que llamó más mi atención fue un raro detalle en las
heridas… ¿Qué demonios era eso? Traté de observar mejor, me causo asombro el
hecho de que en ellas parecía estar saliendo… ¿Pelo?
Miré ahora
las que tenía en mi brazo y estaba igual, entre los puntos y la piel estaban
saliendo pelos ¡Tenía que ser una jodida broma! Me alarmé aun más, mi espalda
seguía doliendo ¿Por qué me dolía tanto? Ahora buscaba en mi cuerpo a ver si
tenía otro cambio extraño en el, para mi fortuna, solo me estaba saliendo
pelos, hasta ahora… Quería llorar, estaba asustada y todo era tan extraño para
mí, al sentir miedo me lleve las manos a la cabeza ya que todo me estaba dando
vueltas de nuevo, caí sentada al suelo cerrando fuertemente mis ojos y por
alguna razón aun más extraña; todo en el empezó a moverse, las luces se
encendían y apagaban solas ¿Qué pasaba ahora? Quería que todo terminara, quería
despertar de esta pesadilla, la ventana golpeaba otra vez contra su propio
marco, algunas cosas cayeron estrepitosamente al suelo, un juego de química
rodo frente a mí, incluso la cama empezó a saltar hasta que la puerta se abrió
apareciendo Juri y aquel chico, no preste mucha atención a sus expresiones solo
sentí cuando los brazos de Juri me levantaban del suelo, todo era tan confuso
ahora, al poco tiempo todo se detuvo y un silencio sepulcral se apoderó de la
habitación donde ahora nos encontrábamos los tres y todo estaba tirado en ella.
— ¿Esto es normal en esta situación?
Escuché la
pregunta de Juri que iba dirigida al otro chico.
— No…
Él
respondió en seco, volteé a ver que hacía, estaba de espaldas a mí, cuando dio
la vuelta tenía en sus manos una enorme jeringa que ahora aproximaba a mí.
— ¿Qué es eso?
Volví a
escuchar la voz de Juri.
— Es un tranquilizante, le va ayudar a descansar un poco.
Cuando se
acercó para inyectarlo, me moví con brusquedad, golpeándolo en la cara con
fuerza y levantándome de la cama donde Juri me había sentado, para correr ahora hacía la puerta.
— ¡Detenla! — Gritó él.
Juri hizo
su intento por detenerme, al intentar hacerlo salió disparado chocando contra
una pared de la habitación. Entonces me detuve aun más aterrada frente a la
situación, ahora les había hecho daño a ellos, no quería hacerlo, sus rostros
se veían aterrados, el otro chico tenía sangre en su nariz, mi cuerpo estaba
tan tembloroso que me recosté en la puerta, deslizándome de a poco hasta quedar
sentada en el suelo, viendo todo el desastre que ahora yo había ocasionado.
Empecé a llorar, nada parecía ser solo una pesadilla, todo era tan real que me
hacía temblar de miedo.
Pasado un
rato y poco más calmada, ellos conversaban a un lado, yo con una taza de té en
mis manos recordando con detalle todo lo que estaba ocurriendo en mi vida.
Aquel chico del cual aun no conocía su nombre, me miraba de vez en cuando,
ahora parecía hacerlo con algo de compasión, solo pensé que me miraba de ese
modo porque sabía mejor que nadie lo que estaba ocurriendo conmigo, porqué él
lo había vivido de cerca.
— Necesito un baño… —Dije de pronto y con la voz algo
débil, pero no tenía ropa para cambiarme — ¿Puedo ir a casa?
— No, es mejor que te quedes aquí, al menos hasta que él yo encontremos
la forma de que el antídoto funcione de manera completa.
Fue lo que
me dijo aquel chico, contra mi voluntad no podía hacer más que aceptar, después
de lo que les había hecho no quería imaginar que era lo que podía llegar a
hacer si esto avanzaba más y más, Juri me miró como tratando de tranquilizarme,
sentí odio hacia mi misma y sabía que podía llegar a hacerles daño si
continuaba de este modo.
— Yo iré a tu casa y regresaré con algo de ropa, en tu mochila encontré
las llaves, así que iré y volveré con algo para que te cambies, lo mejor será
que no te muevas de aquí, no por ahora, cuando regrese, seguiré buscando con
Kikuchi-kun, una forma de que el antídoto te pueda ayudar, no voy a dejar que
mueras.
¡Rayos!
Ahora quería llorar de nuevo, en que lío lo estaba metiendo a él, me sentía tan
culpable.
— Sería bueno que te amarremos a la cama, no se sabe cuándo volverá a
salir tu instinto de querer lastimar y peor aun con eso que no se qué demonios
haces pero mueves todo a tu paso, mientras entras en crisis… eres peligrosa. —Comentó en lo que preparaba otra
jeringa nueva— Pero por ahora solo te inyectaré esto, para que logres dormir algo.
Se acercó a
mí, tomó mi brazo derecho y justo en mi antebrazo clavó la aguja, pasado unos minutos empecé a
sentir mis parpados pesados, ellos hablaban, pero ya no distinguía ni sus
voces, ni quien hablaba o que decían, no supe nada luego, todo había vuelto a
oscurecerse, había caído en un profundo sueño ahora.
Continuara…